El etiquetado en el molde, mejor conocido como IML (In Mold Labeling, por su sigla en inglés), es una tecnología que viene ganando mucho espacio en el mercado, ya que permite hacer envases a costos muy competitivos, con una excelente apariencia y generando alta rentabilidad para el moldeador.
Dado que las etiquetas para IML son impresas por sistemas de flexografía o litografía, se pueden hacer con muchos colores y altísima calidad. Junto con las etiquetas autoadhesivas son los sistemas de decoración que permiten lograr la mejor apariencia del envase, con la ventaja de que al estar moldeadas íntegramente con el producto las etiquetas IML no se desprenden ni se rayan.
Además de la apariencia, de lo ecológico del envase y en muchos casos de un menor costo por unidad, otra de las razones que tienen los procesadores para escoger la tecnología IML es que permite conformar envases cuadrados, rectangulares y de otras formas a costos que compiten con los de los envases redondos. Si adicionalmente se consideran los factores de almacenaje, transporte y exhibición, los empaques IML pueden resultar mucho más económicos, considerando que los envases con superficies planas son mucho más visibles en estanterías que los redondos.
Una característica de los procesos IML es que tienen que trabajar con tasas de rechazo muy bajas. Mientras que en los procesos de inyección convencionales, cuando una pieza no cumple las especificaciones, se envía al molino para recuperar la resina y solo se pierde el valor del proceso de inyección; en el caso de IML, cuando una pieza no cumple los estándares de calidad, se pierde la totalidad de los insumos, ya que solo se puede reciclar en productos distintos y de menor valor. Es decir, se pierden la materia prima y la etiqueta, que muchas veces cuesta más que la propia materia prima, y se pierde el valor agregado durante el proceso de inyección.
La presentación del envase depende de la calidad de la impresión y de la precisión en la colocación de la etiqueta. En esto influye de manera importante la calidad de los equipos empleados.
Para obtener eficiencias cercanas al 100{fe13e0f3e312298a24a9733de428074a7c3f6fa98c2ac72e0f9983fad3608854}, que permitan obtener alta rentabilidad y maximizar las ventajas del etiquetado en el molde, hay que hacer una selección adecuada de los equipos, considerando los siguiente aspectos:
– Cantidad a producir: debido al valor de la inversión inicial, el etiquetado en el molde es un proceso para cantidades de producción medianas y altas. Se pueden hacer tirajes cortos, colocando la etiqueta de forma manual o semi-automática, pero en este caso se pierde eficiencia y se presentan tasas de rechazo altas.
– Método para fijar la etiqueta: la etiqueta puede fijarse al molde por vacío o por estática. El método escogido tiene mucha incidencia en el costo de la etiqueta y del molde. Mientras que para las etiquetas sujetadas por vacío se pueden emplear sustratos convencionales que no retengan estática, y por tanto son más baratas, las etiquetas que se adhieren por estática requieren materiales más especializados que puedan ser cargados estáticamente, por lo que son más costosas y difíciles de producir.
De otro lado, los moldes para trabajar con estática son más sencillos, mientras que los moldes para trabajar con vacío requieren fabricantes especializados que estén en condiciones de hacer puntos de sujeción invisibles, que no se obstruyan durante el proceso de inyección. Además, cuando se va a diseñar el molde para sujeción por vacío hay que tener en cuenta que las líneas de vacío no interfieran con las de enfriamiento ni con el sistema de expulsión.
Cuando se trabaja con el sistema de estática hay que asegurarse de que el neutro y la tierra de los controles estén separados del chasis de máquina para evitar daños por energía estática.
La tecnología de IML ha ido optando cada día más por el sistema de vacío, a pesar de que se requieran moldes más costosos, debido a que las etiquetas son más baratas y los ciclos más rápidos, lo que compensa con creces los mayores costos de herramental. Además, porque se evitan los graves y costosos daños causados por la energía estática en los controles, especialmente cuando el chasis de la inyectora y el neutro o la tierra están conectados.
– Forma del envase: este parámetro es muy importante porque determina que se puedan adherir etiquetas impresas con tecnologías 2D, así como la presencia de puntos de anclaje para que la etiqueta no se mueva durante el llenado. Otro punto a tener en cuenta es el ángulo del envase. Entre menor es el ángulo y más delgada la pared, más precisos tienen que ser los equipos. El envase debe ser simétrico con respecto al punto de inyección para garantizar flujos homogéneos de llenado.
– Tipo de etiqueta – envolvente o en cruz: las etiquetas en cruz son muy utilizadas cuando se requiere colocar información en el fondo de las mismas. Usualmente los moldes para etiquetas en cruz son más costosos porque requieren inyección por el macho y no por la cavidad.
Cuando la etiqueta es envolvente hay que tener en cuenta que la distancia entre centros de las cavidades la determina el largo de la etiqueta.
– Material del envase: una de las grandes ventajas del IML es que la etiqueta y los envases son del mismo material, por lo que el envase es 100{fe13e0f3e312298a24a9733de428074a7c3f6fa98c2ac72e0f9983fad3608854} reciclable. Sin embargo, en algunos casos en donde se busca impedir o dificultar que el envase sea reciclado, como en el caso de empacado de productos tóxicos, se pueden utilizar etiquetas de materiales no compatibles con el envase, las que usualmente requieren de un “primer”, o adhesivo termo-sensible en la parte en contacto con el envase para garantizar suficiente adherencia.
– Equipo de inyección: para garantizar una alta eficiencia y tasas de aceptación cercanas al 100{fe13e0f3e312298a24a9733de428074a7c3f6fa98c2ac72e0f9983fad3608854}, se requiere excelente precisión en el posicionamiento de la etiqueta, lo que implica alta precisión y consistencia en los movimientos de la máquina, la temperatura del molde, las presiones y velocidades de inyección, y en las velocidades de apertura y cierre. Esto se vuelve aún más crítico en los procesos de IML de pared delgada, en cuyo caso se requiere del uso de acumuladores. Todo esto conlleva a que el precio del equipo de inyección para trabajo con IML sea más elevado y haya que recurrir a fabricantes especializados.
– Robot de colocación de las etiquetas: los robots también tienen que ser precisos, rápidos y con pocas vibraciones, lo que implica una construcción liviana, con servos que se adecúen a las demandas del proceso. Un servo que cumpla los requerimientos de un proceso IML puede costar tres o más veces de lo que cuesta un servo convencional de la misma potencia. Otro punto muy importante es el diseño del “EOAT” empleado para introducir la etiqueta en el molde, ya que la tolerancia entre el mismo y la cavidad es muy pequeña.
– Molde: en los moldes, la robustez y la precisión del maquinado son esenciales para garantizar el centrado. Mientras más delgada la pared más robusto tiene que ser el molde, ya que las presiones de inyección son mucho más altas y es fácil que el macho del molde pierda centro con respecto a la cavidad. Esto genera diferencia de espesores, que se traducen en f